17.6.09

Fría.

Marina era una de las personas más frías que podía haber en la Tierra. Mostrar lo que sentía hacia los demás, era algo que para ella estaba como prohibido.
Rechazaba abrazos, besos, caricias, palabras bonitas... Era como un bloque de hielo que no quería convertirse en agua, quería seguir en su estado sólido y jamás llegar a ser líquido.
Marina había querído a mucha gente... pero era incapaz de decir:
Te quiero.
Marina lo había intentado miles de veces... Pero no podía. Tenía miedo a expresar todo aquello que sentía. ¿Vergüenza o miedo?
Así era Marina... Por el día ponía una sonrisa y era feliz, pero cuando llegaba el crepúsculo, lloraba. Lloraba por muchas cosas... Y sólo ella sabía aquello. Sólo ella sabía lo que sentía. Era como una coraza que evitaba el daño, aunque esa coraza sólo le proporcionaba más sufrimiento. Detrás de esa coraza había una Marina dulce, romántica, una niña cariñosa... Pero no quería mostrársela a nadie. Había elegido esa opción.
Una vez, alguien consiguió que Marina fuera dulce, fuera una niña cariñosa, que mostrara poco a poco lo tierna que era... Que su estado fuera líquido. Pero Marina, tenía la tentación de volver a ser firmemente un bloque de hielo.

"¿Para qué ser líquido? Para que me hagan daño... Para que mi corazón se lastime cada vez que mira a alguien a los ojos... No, yo no quiero esto. Quiero llorar en el crepúsculo, al lado del riachuelo... Quiero seguir firme ante los contratiempos.No decir lo que siento... No mostrar ni una lágrima. He nacido para ser hielo... Y quedarme... sola...".
Marina escondía una historia compleja. Y sólo, sólo la sabía él. El chico tímido con el que nadie hablaba... Él fue el causante de su nueva personalidad... Pero un día Marina, decidió hacer algo que no debía... Otra historia compleja.
¿Queréis oírlas?
Este es el cuento infinito de Marina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigue escribiendo princesa, que quiero oir todas esas historias.