Comparaciones odiosas

Un día más en la vida. Un mes más en la vida. Unas horas más en la vida. Unos minutos más en la vida. Y unos segundos más en la vida. Todo sigue igual. La actriz sigue interpretando, mal. La niña sigue viviendo a contracorriente.
Ayer estaba enfadada, pero hoy se ha dado cuenta que estaba dolida y triste.
En el acto de ayer se veía a una actriz con ira, con rabia. Pero hoy el carácter de la actriz es diferente; está triste, melancólica y siento dolor.
Ella sabe que no tiene derecho a sentirse así. Pero tal vez, la cosa más insignificante, el acto más insignificante, la oración más insignificante la ha herido.
Tal vez el guión más absurdo le ha vencido.
Tal vez, entonces, sea una actriz de pacotilla. O una niña imbécil.
Me acordé. Sensacionalista.
No, piensen, digan, hagan, crean... Me da igual. No.
Sólo querría olvidarlo, hacer como otras muchas veces; guardar todo, sacar las mejores palabras, poner mi mejor cara y decirlo... Pero no puedo. ¡No!
Siempre he oído que las comparaciones son odiosas... por eso, tal vez sea mejor que elimináramos de nuestro amplio vocabulario la palabra "como", porque cuando utilizas esa palabra, algo puede joderse.
Es como si sintiera que ya nada de aquello, de esto, tiene sentido. Como si terminara todo traería tranquilidad. Como si cambiamos de hoja. De una hoja blanca a una azulada.
¿Utilizamos el "como", entonces?
Lo he pensado muchas veces y aún lo pienso. No puedo negarlo.
Tal vez, si diera mentalmente a la tecla de "intro", y cambiara de párrafo, todo iría mejor. Tu vida, la mía, la de ella... Aquel acto, aquel diálogo, aquella interpretación.
Entonces... ¿podríamos decir que es "como" si acabara todo? Que ¿podría ser "como" una opción?
Nunca, digas... "como". Tu vida puede joderse (si no es toda, sí unas horas o días),
Nunca escriban "como" en un guión, tal vez la obra pueda joderse...

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