Respiración

No hablaban. Se acariciaban. Se miraba. Sonreían. Sólo el sonido del aire ponía música a aquella situación.

-Blanca... -dijo Alex a la vez que se paraban- Lo siento. Siento todo; cómo me he comportado, cómo he actuado... Lo siento de verdad.

-Ahora no es momento de pedir perdón ¿sabes? -dijo Blanca con una voz muy sensual. Alex, sonrió.

-Ya pero Blanca, de verdad...

-No hables, sólo bésame, por favor...

-Blanca...

-Alex...

Y con el tono en el que dijo Alex, él no pudo resistirse más. Rápido se separaron sus manos y se acercaron sus bocas. Se besaban, se besaban con pasión, con cariño, con dulzura, con picardía. Se besaban sin parar.

Las manos tocaban los cuerpos. Los pechos eran acariciados por esas manos grandes. La espalda era acariciada por esas manos pequeñas.

El cabello de Blanca comenzaba a liarse. Las manos de Alex revolvían el cabello de ella. Aquellos rizos ya enredados, se enredaban más y más.

Empezaba a hacer demasiado calor. La ropa empezaba a sobrar. Alex empezó a quitarle con cuidado la ropa a Blanca. Blanca intentaba quitarle la ropa a él antes. Era una carrera en la que el ganador, llevaría el mando en ese otro intento de conseguir hacer el amor.

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Los dos se quitaban la ropa, divertidos, con ganas, pero Alex terminó antes sin ropa.

Alex le susurró a Blanca que aquello era trampa, que él tenía menos ropa que ella... Acto seguido no dudó en lamer con cariño los pechos de Blanca.

Blanca se estaba excitando; su cara no podia ocultarlo.

Alex se estaba divirtiendo esa sonrisa pícara le delataba. El brazo de él llegó hasta sus pantalones, sacó la cartera y de ella un condón.

Seguía besando a Blanca, con pasión y ganas. Abrió con cuidado el condón y con un beso largo y el jugueteo de su lengua por el cuerpo de Blanca, se lo colocó.

La miraba y sonreía. Blanca estaba impaciente, deseosa de saber qué iba a pasar. Pero sobretodo, en ese bosque había ganas.

Y sin pensar... fueron uno. Sólo había un movimiento. Sólo había un ser. No había espacios. No había diferencias. Había sexo.

Los cuerpos empezaban a sudar. El movimiento era lento, pero aceleraba. Los besos no cesaban. Las bocas emitían gemidos. La pasión y el momento eran intensos. Blanca empezó a clavarle las uñas a Alex. Aquello era algo que jamás había experimentado. Alex no paraba de moverse.

Respiraban fuerte. Gemían alto. Se movían rápido. Los besos eran intensos. Las caricias eran violentas. Las ganas podían con ello.

Llegaba el éxtasis; se acercaba el final de aquella experiencia. Cada vez se movían más deprisa, estaban más ahogados y gemían seguidamente.

...

Y con un gran gemido, una cara de goce y los cuerpos fuertemente apretados, aquello terminaba.

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Ambos cuerpos no se separaron. Quedaron juntos. Llenos de sudor, con la respiración alterada, el ritmo cardíaco exaltado...

Los dos estaban mirándose. Repiraban. Los dos se sonrieron. Respiraban.

-¿Sa...be...s...? -preguntó Alex. Blanca sonrió- Te... qu... i... er... o...

-Yo... tam... bié... n... te... quie... r... o... -dijo Blanca por vez primera.

Respiración.

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